El 26 de junio de 2011 quedó grabado a fuego en la memoria del fútbol argentino. Aquella tarde, el estadio Monumental fue testigo de una escena impensada: River Plate descendía por primera vez en su historia luego de empatar 1 a 1 con Belgrano de Córdoba en el partido de vuelta de la Promoción.

El empate no alcanzó para revertir la derrota en el partido de ida, y el pitazo final dejó una postal desconsoladora. Lágrimas en la tribuna, silencio en las calles, tensión, tristeza y una sensación de incredulidad que atravesó a millones de hinchas.