
Crisis ambiental: un basural argentino está entre los 50 más contaminantes del mundo
Se trata del vertedero de San Carlos de Bariloche que acumula más de 500 mil toneladas de residuos sin control. La International Solid Waste Association lo ubicó entre los sitios más contaminantes
Bariloche, uno de los destinos más visitados del país, enfrenta una crisis ambiental que amenaza su entorno natural. Con más de 136 mil habitantes y un millón de turistas por año, la ciudad convive con un vertedero que funciona hace más de cuatro décadas sin control ni tratamiento adecuado.
"El vertedero representa una herida abierta que no deja de sangrar hace ya más de 40 años. Es una bomba de tiempo que va heredando cada nueva gestión hace décadas", señaló Iván Espeche Gil, vocero de la Fundación Impacta.
El predio recibe 200 toneladas diarias de basura y apenas el 5% se recicla. La acumulación ya supera las 500 mil toneladas, lo que multiplica los efectos contaminantes sobre el aire, el suelo y las napas.
Riesgos para el agua y la salud
El ingeniero ambiental Ignacio Sagardoy recordó que en 2014 se intentó clausurar el basural, pero los incendios y fallas en el sistema de tratamiento devolvieron el caos. "El relleno sanitario se convirtió otra vez en un vertedero sin control", explicó.
Los lixiviados tóxicos (líquidos que genera la descomposición de la basura) se filtran al suelo y podrían alcanzar los lagos Gutiérrez y Nahuel Huapi. Un relevamiento entre vecinos y médicos mostró que el 91% percibe impactos en su salud, con síntomas respiratorios, dermatológicos y psicológicos.
"El vertedero está ubicado en un lugar que es divisorio de aguas. Es una fábrica 24/7 de lixiviados tóxicos que se filtran a las napas", alertó Espeche Gil.
Incendios, gaviotas y contaminación aérea
Las quemas descontroladas son cada vez más frecuentes y generan emergencias periódicas.
"Nos preocupa mucho lo que pueda ocurrir el próximo verano, luego de un invierno muy seco. Hace unas semanas el vertedero estuvo prendido tres días y no lo podían apagar", advirtió el vocero de Impacta.
Además, las gaviotas cocineras que se alimentan del basural dispersan residuos y microorganismos hacia otros lagos de la zona.
Un problema social y económico
El basural también es el sustento de familias que viven de la recolección informal, lo que complica cualquier intento de cierre. A esto se suma el crecimiento urbano desordenado y la falta de espacio para un nuevo predio.
El intendente Walter Cortés reconoció que "la basura es un problema" y respaldó la idea de trasladar el vertedero, aunque advirtió sobre los altos costos.
Desde la Fundación Impacta subrayan que "la gestión ineficiente genera un doble impacto: los gastos actuales no resuelven el problema y crean un pasivo ambiental mucho más caro de remediar".
Leyes incumplidas y oportunidades perdidas
Pese a la ley provincial 5491 de 2020 que ordenaba cerrar todos los basurales a cielo abierto en tres años, los plazos vencieron sin resultados. El Concejo Deliberante local también había fijado el cierre para diciembre de 2023, pero no se cumplió.
La Defensoría del Pueblo de Bariloche intervino para exigir un plan urgente. "Consideramos de absoluta necesidad que las autoridades competentes asuman con urgencia el abordaje integral de esta situación", sostuvo Mariana Minuth, la defensora.
Qué puede cambiar
A pesar del panorama crítico, la Fundación Impacta lanzó el programa Patagonia sin Basura, que reunió 80 propuestas para transformar la gestión de residuos. Seis de ellas serán premiadas por su potencial innovador.