Educación

Por qué no hay que hablarle a un perro como si fuera un bebé: la explicación

La ciencia explica por qué es importante usar un lenguaje claro y firme.

Para muchas personas, sus mascotas son parte de la familia, y hablarles con un tono agudo, suave y melodioso -similar al que se usa con los bebés- es una práctica habitual para demostrar cariño. Sin embargo, expertos en conducta canina advierten que este hábito puede resultar contraproducente si lo que se busca es educar y garantizar la seguridad del animal.

Este "lenguaje infantilizado" puede generar confusión y retrasar el aprendizaje, ya que el perro no logra asociar la entonación exagerada con una orden concreta. En esos casos, la mascota escucha un "ruido emocional" sin referencias claras de conducta, lo que puede derivar en problemas de obediencia, ansiedad por separación o ladridos excesivos.

Además, en espacios públicos como plazas o veredas, dar indicaciones con una voz insegura o aniñada puede dificultar que el animal reaccione a tiempo, aumentando el riesgo de accidentes.

Los adiestradores coinciden en que la clave de una buena comunicación está en usar frases cortas, claras y un tono calmo pero firme, que permita al perro asociar correctamente la acción que se le pide. Un animal necesita una guía clara, no ambigua.

Aun así, la ciencia también destaca el costado positivo del tono afectuoso: estudios publicados en Communications Biology y realizados con resonancia magnética funcional muestran que los cerebros de los perros se activan especialmente al escuchar voces agudas y cálidas, estimulando áreas relacionadas con el procesamiento emocional y auditivo. Esta respuesta fortalece el vínculo y aumenta la liberación de oxitocina, la llamada "hormona del amor", tanto en humanos como en canes.

 

En conclusión, aunque hablarles con ternura ayuda a reforzar el lazo afectivo, los especialistas recomiendan evitar el "tono de bebé" en momentos de educación o situaciones que requieran obediencia, y optar por un lenguaje claro y consistente para lograr una convivencia equilibrada.

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