La lluvia negra se produce cuando el humo de incendios forestales o actividad industrial se mezcla con frentes fríos y humedad en la atmósfera. Este fenómeno causa que las gotas de lluvia arrastren partículas contaminantes y sustancias tóxicas desde el aire hacia la superficie, afectando la calidad del agua, el suelo y el aire. Aunque el término "negra" no implica necesariamente que el agua tenga ese color, se refiere a la turbidez causada por la presencia de contaminantes.

Efectos en la salud

La lluvia negra y la presencia de humo en el aire pueden provocar diversos problemas de salud, tales como:

• Irritación ocular y respiratoria: la exposición puede causar enrojecimiento ocular, tos, dificultad para respirar e irritación de las vías respiratorias.
• Infecciones respiratorias: el humo puede aumentar el riesgo de infecciones y exacerbar problemas preexistentes.
• Daño celular y complicaciones: las partículas contaminantes pueden causar daño celular y agravar afecciones en personas con problemas respiratorios o cardiovasculares.

 

Recomendaciones

Para minimizar los riesgos asociados con la lluvia negra, el Ministerio de Salud de la Nación emitió las siguientes recomendaciones:

1. Limitar la exposición al aire libre: especialmente durante los días con alta concentración de humo en la atmósfera.
2. Proteger a personas con condiciones preexistentes: aquellos con enfermedades respiratorias crónicas, como asma o EPOC, deben estar atentos a posibles empeoramientos y buscar atención médica si es necesario.
3. Mantener cerrados puertas y ventanas: para evitar que las partículas contaminantes ingresen a los hogares.
4. Usar mascarillas adecuadas: especialmente para quienes deban estar al aire libre.
5. Evitar actividades físicas intensas al aire libre: y mantener los espacios interiores lo más libre posible de contaminantes, usando aire acondicionado en modo ventilación o recirculación.