Un conmovedor hecho tuvo lugar en un colectivo de la empresa SAETA en Salta, cuando un joven cedió su asiento a una abuela. La mujer, visiblemente emocionada, dijo: "Por fin hay jóvenes educados, primera vez que me pasa, siempre son unos maleducados". Su agradecimiento no solo llamó la atención de las personas que estaban viajando, sino que también provocó buenas miradas de los demás pasajeros.

El joven, quien se dirigía a la Universidad Nacional de Salta (UNSa), demostró con su acto el valor de la educación y el respeto hacia los mayores. Su gesto de generosidad sirvió como un ejemplo destacable al iniciar su jornada académica, y subrayó la importancia de la empatía en la vida.

El ambiente en el colectivo se vio notablemente más cálido tras el gesto del joven. Este hecho destaca cómo los pequeños actos de amabilidad pueden tener un gran impacto en el día a día.